El uso del ajo como antimicrobiano, ejerce una amplia acción. Tiene propiedades antibióticas, antifúngicas y antivirales y es eficaz contra numerosos virus de la gripe y del herpes simple (el virus responsable del herpes labial).
El ajo se puede agregar generosamente a las sopas, como aderezo para ensaladas y guisos.
También es recomendable consumir ajo con los primeros indicios de resfrío, tos o gripe ya que reduce la congestión y puede ayudar a las personas con bronquitis a expulsar la mucosidad.
CEBOLLA
Las cebollas son antibióticos, antivirales, antisépticos y antiinflamatorios naturales.
Ayudan a dilatar los tubos bronquiales, facilitando la respiración de los asmáticos leves, de aquellos que sufren la fiebre del heno y las personas con bronquitis crónica.
La cebolla incluso puede ayudar a lidiar con el estrés. La quercetina es un sedante suave que induce a la relajación y el sueño.
CÚRCUMA
La cúrcuma es un alimento analgésico, antiinflamatorio, bactericida, antiviral y antioxidante, barre los radicales libres del organismo.
La raíz y el rizoma de la cúrcuma contienen curcumoides y curcuminas, materias colorantes a las que se atribuyen claros efectos antioxidantes y antiinflamatorios.
Aquí te dejo 3 recetas para aprovechar sus poderes.
AJÍ
Es una excelente fuente de vitamina A, B y contiene siete veces más vitamina C que una naranja, También es un poderoso antioxidante que destruye toxinas que dañan las células de nuestro cuerpo.
Contiene capsaicina, lo que ayuda a aumentar el ritmo cardíaco, alivia el estrés, ayuda a perder peso puesto que acelera tu metabolismo (es un alimento termogénico).
Se recomienda consumir ají entre 1 a 3 veces por semana, junto a tus comidas y así no dañar tu estómago. Eso sí, si sufres de gastritis es mejor evitarlo porque puede causarte irritación.
ORÉGANO
El Orégano (Origanum Vulgare) es una planta medicinal con propiedades digestivas, carminativas, antioxidantes y expectorantes.
Esta hierba es perfecta para curar enfermedades respiratorias y enfermedades del estómago. El extracto de aceite de orégano ayuda a combatir los resfriados, la fiebre y la indigestión.
Es un potente antihistaminico sumado a sus propiedades como antiinflamatorio y antibiótico lo vuelve ideal para el tratamiento de todo tipo de enfermedades respiratorias. https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/19039907
Reduce la inflamación ya que tiene potentes propiedades anti-inflamatorias y antiespamódicas, y por contener un alto nivel de timol, el orégano también fortalece los músculos del cuerpo.
JENGIBRE
La capacidad antibacteriana del jengibre y su tolerancia a los microorganismos de la flora intestinal le permiten mejorar la riqueza de esta.
Este alimento puede ser beneficioso en el tratamiento de gastroenteritis y úlceras, así como para tratar resfriados, reducir la tos y expectorar las mucosidades.
El jengibre puede tomarse en cápsulas, sazonador o como té, hirviendo una porción de la raíz en una taza de agua.
LIMÓN
El limón es otro de los antibióticos naturales que la naturaleza brinda.
Este fruto tiene actividad antibacteriana, especialmente en su cáscara. Para consumirlo, lo más simple es exprimirlo y diluir su jugo en agua tibia.
MIEL
La miel es un edulcorante rico en nutrientes, proporciona numerosos minerales y vitaminas C, D, E y del complejo B. Es un concentrado de carbohidratos que eleva la energía tan necesaria para el deporte.
Paradójicamente, la miel también es beneficiosa para promover el sueño. Alivia los dolores de garganta y calma la tos nocturna.
Tiene propiedades antisépticas que la convierten en buen tratamiento tópico para infecciones, llagas y quemaduras.
Se recomienda una cucharadita todas las mañanas.
Los niños menores de un año no deben consumir miel porque puede provocar reacciones adversas.
VINAGRE DE MANZANA
El vinagre de manzanas es una gran fuente de vitaminas A y B y además contiene los ácidos grasos más importantes.
Es muy rico en muchos minerales, tales como fósforo, taninos, calcio, potasio, magnesio, azufre, sodio, cinc, hierro, flúor, silicio, boro, entre otros.
Es un buen desintoxicante del hígado y limpia el tracto urinario, evitando de esta manera infecciones tanto urinarias como de riñones
Regula el pH de la sangre y la limpia por completo, pues elimina toxinas y controla el colesterol. También mejora significativamente la circulación.
Ayuda a combatir padecimientos como artritis, piedras en los riñones y en el hígado, bursitis y tendinitis.
Sirve para combatir las dolencias musculares, inflamaciones, esguinces y el dolor causado por la artritis.
Entre los usos más populares que se le da al vinagre de manzanas está el tratamiento de la obesidad. Es muy incluido en la dieta de personas que quieren bajar de peso porque es excelente para la eliminación de la grasa en el cuerpo. Además actúa con éxito en la eliminación de la celulitis.
Para lograr estos beneficios dietéticos es recomendable consumir el vinagre diariamente, al menos tres veces al día, unas dos cucharadas en cada ocasión.