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“Cada año más de 1000 toneladas de lluvia plástica caen en las áreas protegidas del occidente de los Estados Unidos.”

En el artículo llamado “LLuvia plástica en áreas protegidas de los Estados Unidos” publicado en el Science Mag el 12 de Junio de este año, Janice Brahney, Asistente de Profesor en la Universidad de Utah y su equipo, reportaron la identificación de microplásticos y otras partículas en la atmósfera.

Recolectaron muestras durante 14 meses en 11 parques nacionales y áreas silvestres de los Estados Unidos.

Mediante el escaneo de estas muestras pudieron confirmar que cerca de 32 partículas distintas eran polímeros sintéticos.

En 2017 el mundo entero produjo 348 millones de toneladas métricas de plástico, tómate un momento para digerir eso..

La resistencia y durabilidad de los productos plásticos son un arma de doble filo, ya que en lugar de degradarse se fragmentan progresivamente.

Imagen de microscopio de las muestras de microplásticos encontrados en la atmósfera. 500pm. Imagen de Janice Brahney, Universidad del Estado de Utah.

Estos microplásticos son conocidos por acumularse en aguas residuales, ríos, océanos y como ahora lo muestra este estudio, también en la atmósfera.

“Varios estudios han intentado cuantificar el ciclo plástico global, pero desconocían el lado atmosférico”, dijo Brahney. “Nuestros datos muestran que el ciclo plástico recuerda al ciclo mundial del agua, que tiene vidas atmosféricas, oceánicas y terrestres”.

El estudio examinó la fuente y el recorrido tanto del microplástico mojado (lluvia) como del  seco. Encontraron que las ciudades y centros poblados son la primera fuente de plástico asociado a las evidencias “mojadas” y que la segunda fuente incluiría la redistribución en la tierra y la superficie del agua.

En contraste, las muestras de los microplásticos “secos” mostraron indicadores de largos recorridos y se asociaron a patrones de escala atmosférica.

Esto sugiere que los microplásticos son lo suficientemente pequeños como para entrar en la atmósfera y para ser transportados continentalmente.

Los análisis se realizaron de manera estéril procurando se minimice la contaminación con partículas externas.

La mayoría de los plásticos encontrados en las muestras,”mojadas” y “secas”, fueron microfibras provenientes de la industria textil como de materiales industriales.

Aproximadamente el 30% de las partículas eran microperlas brillantes y coloridas, pero no las comunmente asociadas con productos de cuidado personal, estas microperlas eran acrílicos, derivados de la pintura industrial. Otras partículas eran fragmentos de grandes piezas de plástico.

“Este resultado, combinado con la distribución del tamaño de los plásticos identificados, y la relación con los patrones climáticos a escala global, sugieren que las fuentes de emisión de plástico se han extendido mucho más allá de nuestros centros de población y, a través de su longevidad, han atravesado el sistema de la Tierra en espiral”.

Los resultados de este estudio muestran la fuente, el transporte y el destino de los plásticos en las superficies de la tierra como la contaminación de áreas que creíamos protegidas.

Estiman que más de 1000 toneladas de microplásticos llegan a zonas protegidas en el oeste de EEUU cada año, lo que equivale a más de 123 millones de botellas plásticas.

El hecho de que los microplásticos estén en la atmósfera tiene consecuencias desconocidas para nuestra salud, pero los tamaños observados están dentro del rango de lo que se acumula en los tejidos pulmonares.

Además, su presencia en áreas protegidas puede influenciar los ecosistemas en sus dinámicas.

“Esta ubicuidad de los microplásticos en la atmósfera y la posterior deposición en entornos terrestres y acuáticos remotos generan preocupaciones ecológicas y sociales generalizadas”, dijo Brahney. “Identificar los mecanismos clave de emisión de plástico a la atmósfera es un primer paso en el desarrollo de soluciones a escala global”.

El plástico no desaparece, se transforma.

Se transforma en uno de los materiales más contaminantes que produce el ser humano, se transforma en un arma que pone en peligro los ecosistemas y la vida misma.

#nomasplástico

 

Atículo resumido y traducido de Utah State University

 



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